El Govern prevé la aplicación de una serie de medidas para mejorar la calidad de la enseñanza secundaria en las Balears. Las iniciativas, según informó ayer el conseller de Educació i Cultura, Damià Pons, se han establecido partiendo de las conclusiones de las jornadas que se han organizado, en todas las islas, para conocer la realidad de la educación secundaria obligatoria (ESO).
Las medidas propuestas por la conselleria tomarán forma de orden a partir del próximo curso 2000-2001, una vez hayan sido presentadas a los equipos directivos y de orientación que participan en las jornadas y que éstos hayan podido valorar y hacer aportaciones. Lo que pretende el Govern es impulsar proyectos de intervención educativa, destinados a reforzar la capacidad organizativa de los centros para que sean capaces de responder adecuadamente a los retos que la complejidad de la etapa secundaria obligatoria presenta. «Lo que queremos es dotar a los centros y a los profesionales del sector de mayor autonomía», apuntó Pons, y concretó que los profesionales de la enseñanza, «han recibido nuestra propuesta con satisfacción».
El proyecto de intervención educativa podrá contemplar desde medidas organizativas de carácter general con mayor implicación del profesorado en la relación con las familias; pasando por la reducción de la dispersión de áreas y de profesorado del primer ciclo de ESO, a la mejora de la convivencia en los centros y de relación con los agentes educadores y sociales externos al centro. La Conselleria d'Educació i Cultura supervisará los proyectos de intervención educativa con «el objeto de facilitar a los centros los aspectos administrativos y organizativos derivados de la aplicación del proyecto y evitar los posibles problemas», apuntan. El coste de la ampliación de la autonomía a los centros será millonario, puesto que, de entrada, se ha calculado que se tendrán que contratar a 49 profesores más para poder llevarlo a cabo. Además de la ampliación del servicio de inspección en los centros.