La compañía eléctrica GESA nos tenía deparadas nuevas y desagradables sorpresas después del apagón que padeció el jueves toda Mallorca y parte de Menorca. Al parecer, el cortocircuito que malogró la subestación de distribución de energía de Llubí produjo también graves averías en la central de es Murterar, en Alcúdia, que ahora sólo puede operar con escasa capacidad. Así las cosas, la compañía se ha visto obligada a pedir a sus mayores clientes que moderen el consumo energético para no «reventar» todo el sistema. Pero eso no es todo, porque es Murterar no estará trabajando al cien por cien de su potencia hasta el próximo martes, ya que los técnicos no han logrado siquiera averiguar qué es lo que ha fallado esta vez.
Volvemos a lo mismo. Un fallo técnico puede ocurrir en cualquier momento, pero lo que no se puede admitir es que un fallo mantenga a toda una isla a media luz durante varios días. Y menos que los obligados clientes de la única compañía eléctrica de Balears tengan que conformarse con las disculpas del presidente de la empresa cuando todo se echa a perder. Tendremos que recordar el dinero "muchos millones" que GESA ha ido gastando para pagar las jubilaciones anticipadas que ha promovido para reducir drásticamente su plantilla. Sin embargo, poco o nada ha invertido en modernizar un sistema eléctrico que "hemos podido comprobarlo" está obsoleto y es incapaz de garantizar un funcionamiento adecuado. ¿Qué pasará ahora? El plan energético de Balears se hace esperar. El PP no se atrevió y el Govern actual todavía se lo está pensado. Mientras tanto, GESA anuncia inversiones millonarias para dentro de cinco años, unas inversiones que debieron llegar mucho antes, cuando la compañía que preside Reus se dedicaba a poner en la calle a cientos de empleados, a los empleados que en su día dieron prestigio a GESA, un prestigio hoy perdido.