Este año ha sido el «Año Pokémon». Cromos, álbum, pegatinas, muñecos, llaveros... así hasta 1.500 productos diferentes. Aunque empezó a finales de enero y la moda ya decae, en Balears continúa debido a la falta de suministro de cromos a los quioscos. «No sabemos qué pasa, por qué aquí no llegan los pedidos.
La demanda es tan fuerte que reparten con cuentagotas, aunque en la Península ya se van acabando las colecciones», explica Fernando Torresanto, propietario de un establecimiento de prensa. Por eso, la pregunta «¿Habéis recibido cromos de 'Pokémon'?» acompaña a las 125 pesetas que cuesta el periódico. Y cuando llegan, duran muy poco, porque los padres más avisados compran veinte o treinta sobres de golpe, por si acaso. En algunos quiscos reservan cromos y algún álbum de los que raramente reciben, pues hay criaturas que coleccionan a sus héroes en «taco», porque todavía no tienen dónde pegarlos.
Y tan sólo preocupados por terminar su colección, los niños siguen cambiando sus «Chanseys», «Charmanders» y «Bulbasaurs». A ellos no les importa si hay que recorrer media ciudad para encontrarlos, y mientras esperan, inventan juegos de chapas o duermen con sus «Pikachus de peluche». De hecho, el Club del Suscriptor de Ultima Hora supo de la importancia de «Pokemon» e hizo una promoción: «Regalábamos ocho de los muñecos más famosos por una suscripción», asegura Fina Costa, directora del Club, que reconoce que la promoción «funcionó pero que muy bien».