La Gerencia de Urbanismo aprobó ayer la Ordenanza reguladora de las actividades del uso de establecimientos públicos de las normas del PGOU, de aplicación en sa Calatrava, la Seu, sa Llonja y el Puig de Sant Pere. Esto significa que en las zonas afectadas estará prácticamente vetada la apertura de nuevos establecimientos de ocio y restauración. Pero, además, la gerencia aceptó ayer la propuesta del grupo de UM de elaborar una ordenanza algo menos restrictiva para las barriadas del Molinar, El Terreno, Santa Catalina y sa Gerreria.
UM considera, y el concejal de Urbanismo también, que la ordenanza aprobada resulta demasiado estricta para estas zonas, que, sin embargo, necesitan control para no llegar a ser lugares con una excesiva concentración de bares y padecer problemas de ruidos. Por lo pronto, la Ordenanza ya elaborada, que será ratificada por el pleno de junio, se refiere a la apertura de bares, restaurantes, cafetería, cafés de todo tipo, tablaos flamencos, karaokes y similares. Esta norma es mucho más extrema que la vigente para el casco antiguo, que tan sólo limita la instalación de establecimientos de ocio con música, y los vecinos insistieron en la necesidad de una limitación total.
El texto, por ejemplo, prohibe abrir bares en calles de menos de siete metros de ancho. Los nuevos locales deben disponer de un mínimo de dos puertas que den a dos calles distintas y ambas con un ancho de al menos siete metros. Tampoco pueden colindar con viviendas, residencias comunitarias, edificios de uso turístico, sanitario o religioso.