Carlos Moreno Valls se ha ganado un viaje a Port Aventura porque es el ganador, en el nivel correspondiente a tercero de ESO, del Concurso de Matemáticas Cangur-2000. La idea de este juego, originaria de Francia, parte de la Societat Catalana de Matemàtiques con la intención de popularizar y promocionar esta ciencia entre los jóvenes. En el concurso juegan estudiantes de todos los países de Europa, y con el nombre de Le Kangourou sans Frontières, ha alcanzado ya la cifra de medio millón de participantes.
Carlos tiene catorce años y estudia en el Institut d'Ensenyament Secundari Guillem Sagrera. Sus compañeros y compañeras están muy orgullosos de tenerlo en clase porque, además de ser inteligente, es amigo de sus amigos.
Nació en Palma y no recuerda muy bien si aprendió antes los números o las letras. A los tres años ya sabía sumar y restar, y desde muy pequeño ha encontrado en la exactitud de las Matemáticas una magia especial. La pregunta «¿Cuántos pescaditos le quedan a un pescador que ha pescado seis, si tira dos al mar?, no suponía ningún problema para Carlos, sino más bien una divertida manera de jugar.
Hoy Carlos sigue jugando con los números, pero ya no se trata de pescaditos sino de ecuaciones, polinomios o geometría. Además ha descubierto que los signos (+) y (-) pueden combinarse de distintas formas para variar el resultado de las operaciones; y sabe que, todavía, la Ciencia le reserva más sorpresas agradables que descubrir. Quiere estudiar Informática o Económicas, aunque prefiere la segunda opción porque piensa que «la Informática avanza demasiado deprisa» y tiene la sensación de que hay que correr mucho para ir a su paso. A Carlos le va muy bien con todas las asignaturas de su curso, «aunque le cuesta más si se trata de empollar». «Él es un chico normal en todos los aspectos, pero destaca por su capacidad de concentración y porque piensa muy bien, razona muy bien y con lógica», afirma Maria Magraner, su profesora de Matemáticas.
· Teresa Pascual.