Unas 5.000 personas, "4.000, según la Policía Local" estuvieron ayer presentes en la lectura del manifiesto de la VI Diada per la Llengua que perdió parte de su reivindicación política y centró más la atención en los aspectos lingüísticos y culturales. De hecho, la convocatoria de ayer fue una gran fiesta "según los organizadores, durante toda la tarde pasaron unas 10.000 personas por ses Voltes" en la que disfrutaron especialmente miles de niños.
La fiesta duró casi tres horas y finalizó con la lectura de un manifiesto por parte de la escritora Maria de la Pau Janer. «Apelamos a la responsabilidad de todos y, en primer lugar, de quienes tienen el mandato legal de velar por el idioma: las instituciones y el Govern, que han de liderar el proyecto y a quienes pedimos más decisión y que actúen sin miedo. No nos conformamos con lo que se ha hecho hasta ahora», aseguró.
Janer lamentó el retroceso constante del uso del idioma y aseguró que, a partir de la semana que viene, pedirán audiencias en las principales instituciones para reclamar que se apliquen «las medidas eficaces, inteligentes y prácticas que la lengua necesita». La escritora apeló además al compromiso individual de cada uno de los asistentes. «La supervivencia de la lengua depende también de todos y cada uno de nosotros».
Janer insistió en que la lengua ha de ser uno de los grandes objetivos que Balears debe afrontar como país. «No pedimos prioridad sobre otras acciones políticas muy necesarias para esta tierra, como las relacionadas con los problemas del campo o la protección del medio natural "señaló" sino la conciencia permanente de que este asunto no se puede dejar de lado ni un solo día». El presidente del Fomento del Turismo, Miquel Vicens, también intervino para manifestar que Balears debe superar el reto de convertirse en una comunidad multicultural pero que debe conservar su lengua y cultura.