«Enhorabuena por haber asfixiado una de las calles más comerciales del denominado Ensanche de Palma, la Calle Reyes Católicos, al haber prohibido el acceso desde Héroes de Manacor...» De esta manera empieza la carta enviada por uno de los comerciantes afectados por la remodelación de la calle Reyes Católicos. Antes de subida y bajada de vehículos, actualmente ha quedado transformada en vía de sentido único, lo que ha provocado el descontento de una buena parte de los propietarios de los muchos establecimientos comerciales que hay en la zona.
Alegan que la afluencia de coches -ocupados por los posibles clientes- es menor, y que cada vez será menor, cuando los conductores adviertan la imposibilidad de acceder a Reyes Católicos desde la calle Héroes de Manacor. Ahora que el paso ha sido prohibido «se verán obligados a circular por callejas más estrechas, y menos preparadas para recibir tanta circulación», se quejan algunos de los afectados. Y aunque el día siete de mayo tuvo lugar una reunión entre los comerciantes y tres técnicos del Ajuntament, los dueños de las tiendas de la calle Reyes Católicos, creen que el problema está a punto de presentarse, y que nadie les va a dar una solución cuando alcancen la certeza de que sus beneficios han bajado. «La remodelación no sería tan problemática si el sentido de la calle hubiera sido de subida», es decir, el contrario del que se ha trazado.
María Perelló y Juan Vicens defienden esta idea. «Los vecinos
pidieron la reforma de la calle, y es lógico, pero también hay que
tener en cuenta a otras personas... pero si el sentido hubiera sido
de subida todo el mundo habría estado de acuerdo», alega
María.«Todo está más organizado ahora, más seguro, pero lo normal
es cortar el flujo de tráfico por donde menos entra», opina Juan
Vicens
Aunque no todo el mundo es contrario al cambio que se ha producido
en la calle. Los vecinos están encantados. Ahora pueden dormir, ver
la tele y abrir las ventanas en verano. Se puede aparcar con mayor
facilidad, y la seguridad para los peatones ha aumentado
considerablemente. «La calle está más despejada, e incluso se puede
cargar y descargar con facilidad», confirma Miguel Angel Cámara,
propietario de un negocio de fontanería. «Me parece bien de
momento».