Unas 70.000 toneladas de cenizas se acumulan en las instalaciones de Son Reus a la espera de que se inicie la construcción del depósito de seguridad. El depósito y la planta de tratamiento de escorias se ubicarán junto a la incineradora, en unos terrenos que ocupan 108.000 metros cuadrados.
En estos momentos, Govern y Consell están a la espera de conocer si finalmente llegan las ayudas europeas para financiar la construcción de las plantas, cuyo coste final ronda los 18.000 millones de pesetas. En un principio se planteó la posibilidad de que las ayudas llegaran incluso al 85 por ciento, pero las instituciones ya no se muestran tan optimistas.
En cuanto se sepa si la construcción de las plantas es finalmente subvencionada, comenzará su construcción. A pesar de que todos los análisis realizados certifican que las cenizas cimentadas son inertes, el Govern ha apostado por construir un depósito de seguridad, lo que puede retrasar algo las obras. Según un portavoz de la empresa Tirme, la construcción de las plantas se prolongará como mínimo durante un año, aunque la ejecución de algunas puede retrasarse incluso a lo largo de 18 meses. Por lo que respecta a la producción de basura, el mismo portavoz de Tirme aseguró que durante estos primeros meses del año, la producción ha aumentado un seis por ciento. En enero se recogieron 832 toneladas, en febrero llegaron a Son Reus 904 toneladas y en marzo, 950. Las previsiones para el mes de abril apuntan a que la recogida será de unas 1.050 toneladas a final de mes. A pesar de este incremento en la producción, hasta la fecha no ha sido preciso abrir el vertedero porque los dos hornos que tiene Son Reus han sido suficientes para quemar todo lo recogido.