"Dicen las malas lenguas que usted es una mujer de armas tomar, ¿qué hay de cierto en ello?
"Evidentemente que tengo un carácter muy fuerte. Creo, pero, que eso lo deben decir las malas y las buenas lenguas porque no todo el mundo piensa que sea una virtud ser obediente, sumiso, convencional y pusilánime. Por suerte hay mucha gente que piensa que, tal y como están las cosas en el mundo, necesitamos de mucha gente comprometida, fiel a unos ideales y capaz de vivir la vida arriesgadamente.
"¿Con qué armas lucha para hacer frente a su trabajo diario?
"Creo que sólo hay una fórmula para conseguir el éxito en cualquier aspecto de la vida: el trabajo y el compromiso. Sólo la responsabilidad, la motivación y las ganas de aprender pueden avalar a una persona en el momento de desarrollar un trabajo. Es una receta personal que me ha conllevado muy buenas resultados y que intento transmitir en mi entorno.
"¿Cuál es su principal virtud?
"La fuerza de voluntad y no darme nunca por vencida. De toda manera, debe ser una cualidad relativa porque a veces se interpreta como tosudez y falta de flexibilidad.
"Y su defecto?
"La vulnerabilidad. Soy una persona excesivamente sensible y las cosas me afectan de manera personal y directa. Nunca he podido restar indiferente ante ninguna actuación o circunstancia. Eso a veces me hace daño y me causa problemas, incluso de salud.
"Cine o teatro. ¿Por qué?
"Es difícil escoger, pero supongo que tengo más tendencia por ir al teatro. Me gusta más el ambiente teatral y creo que los escenarios pueden transmitir más inmediatez y más fuerza expresiva. Los multicines han menguado, en mi opinión, gran parte de la magia y del glamour que tenía el cine. Sin embargo, si se trata de ir al gran Cinema Recreatiu de Llucmajor, la cosa cambia.
"¿Cuál es el libro que más le ha cautivado?
"Madame Bovary porque creo que es un retrato femenino escalofriante, penetrante y lúcido. No en vano es prácticamente el legado literario único de un gran escritor. El lenguaje narrativo y descriptivo de Flaubert, a mi entender, es insuperable.
"Seamos realistas: usted ha puesto de moda las minifaldas entre las mujeres de izquierdas. ¿Se trata de impactar?
"Mi manera de vestir no es premeditada y no debería servir ni de pauta ni de consigna. No pocos problemas tengo a las siete de la mañana para escoger una ropa cómoda e ir volando en moto a trabajar.