La Procesión del Santo Entierro empezó muy puntual en la basílica de Sant Francesc de Palma para terminar con los desfiles procesionales de esta Semana Santa en Palma. Miles de penitentes, en un número de cuatro mil, participaron en un desfile que fue largo pero muy bien coordinado y donde el numeroso público que abarrotaba las calles aplaudió a rabiar los miembros de las diferentes cofradías. Uno de los momentos más emotivos de la tarde-noche de ayer se produjo justo en el comienzo del desfile, en la plaza de Sant Francesc, cuando la Virgen de la Salud y Nuestra Señora de la Esperanza, que ejercía de anfitriona, fueron «presentadas». De hecho, estas dos imágenes, las únicas que son portadas por costaleros, se «mecen» durante el largo recorrido que va de Sant Francesc a la iglesia dels Socors. Es entonces cuando el fervor popular se desata en medio de grandes aplausos y 'bravos'. De todas maneras, numerosas cofradías y bandas de cornetas son recibidas con vítores por el público.
En esta procesión, además de confites, se repartieron otros obsequios: alguna que otra rosa roja que un penitente haría llegar a la mujer de su vida o las tarjetas de visita que repartía en esta ocasión la Cofradía de la Sagrada Cena.
El desfile concluyó en Els Socors, donde tendría lugar el ceremonial del Santo Entierro.