El conseller de Treball del Govern, Eberhard Grosske, compareció ayer ante la comisión de asuntos sociales del Parlament para informar sobre la política de formación y ocupación a petición del PP. Y lo hizo, con un duro ataque al anterior Ejecutivo autonómico del PP por eso de que la mejor defensa es un buen ataque.
En este sentido, criticó que el Govern del PP «repartió» entre 1994 y 1999 un total de 9.200 millones de pesetas, provenientes de fondos europeos, a las empresas, asociaciones y agentes sociales (sindicatos y empresarios) dentro del Pla Mestral de formación sin unos criterios ligados a la creación de empleo y, «sin transparencia» y «control».
Grosske expuso que no hubo una convocatoria anual para acceder a estos fondos «sino únicamente el decreto de septiembre de 1996» lo que dijo «implica la no revisión de los objetivos anuales tal y como exige el Fondo Social Europeo de la Unión Europeo». Asimismo recordó la auditoría del Fondo Social Europeo que reclama 450 millones al anterior Govern por destinar dinero de formación a programas operativos.
Grosske hizo un repaso a lo que han hecho desde la llegada al Govern como el Consejo Económico y Social, dinamizado la Mesa de Diálogo Social, el Servicio Balear de Empleo o el Pacto por el Empleo suscrito con los agentes sociales. Desde el PP se criticó que todas estas actuaciones ya estaban en marcha a lo que Grosske les contestó que una cosa es pensarlo y otra muy distinta hacerlo. «No es lo mismo querer hacer el amor que hacerlo», les contestó el conseller.
El titular de la cartera de Treball hizo además un repaso a la situación del mercado de trabajo en Balears. Dijo que El 20% de las empresas de Balears -8.000 de las 40.000 existentes en las islas- cesan su actividad cada año antes de cumplir los seis meses, lo que pone de relieve la estacionalidad de la economía de las Islas. Destacó la excesiva especialización existente en el sector servicios (el 80% de la contratación pertenece a dicho sector) y un tejido empresarial de pequeñas empresas con muy pocos trabajadores (el 80% de las empresas tiene menos de seis trabajadores).