La feria gastronómica más importante "y popular" de Mallorca abrió ayer sus puertas dando paso a diez días de desenfreno culinario en los cuales participarán un total de veintidós restaurantes, cinco escuelas de hostelería y en que las previsiones apuntan a que 64.000 personas pasarán por el recinto ferial del Polígon de Llevant para probar las especialidades de cada uno de los estands expositores.
Los primeros en probar las exquisiteces culinarias fueron las numerosas autoridades que acudieron a la inauguración de una Mostra que permanecerá abierta durante diez días. Antoni Gil, presidente de la Associació de Restauració de Mallorca, dio la bienvenida al president del Govern, Francesc Antich; la presidenta del Consell, Maria Antònia Munar; el alcalde de Palma, Joan Fageda, el vicepresident Pere Sampol, los consellers Celestí Alomar (Turisme) y Aina Salom (Sanitat), amén de diferentes directores generales... y también la delegada del Govern, Catalina Cirer, que llegó tarde.
El president Antich protagonizó, junto a los miembros de la Banda de Música de Palma, una de las anécdotas previas al acto. Numerosos periodistas quisieron saber cuál era la opinión del Molt Honorable sobre temas tan candentes como la privatización del aeropuerto o las polémicas manifestaciones de Chaves sobre el PSOE y el federalismo. Cuando el president iba a abrir la boca, el director de la banda, batuta en mano, empezó a dirigir un pasodoble. Las palabras de Antich, con todo ello, se diluyeron entre tanta nota.
Durante los parlamentos, los políticos ensalzaron los valores de una mostra donde los productos autóctonos servían de materia prima para la elaboración de unos platos «de la vieja y bella cocina, pero también de unas sorpresas elaboradas con creatividad», según comentó Antich. Munar, por otra parte, dio la enhorabuena a las personas que hacen posible, año tras año, que esa Mostra llegue a la edición número XVI con buena salud.
Era la hora de cortar la cinta y saludar a los expositores. Maria Antònia Munar fue la encargada de dar el tijerazo, cosa que hizo con la gracia que la suele caracterizar. Otra de las anécdotas la protagonizaron en el estand de una conocida marca de cerveza. Vaso en mano, los políticos (Antich, Munar, Sampol y Salom) brindaron con «birra».