El pasado lunes pudieron revivirse, una vez más, el desgraciado amor de Tosca y Mario Cavaradossi y las vilezas del malvado Scarpia. En el Teatre Principal se llevó a cabo el ensayo general, con público, de la ópera «Tosca», de Puccini, que se representará los días 29 y 31 de marzo y 2 de abril. La obra, desde su estreno en Roma en 1900, ha ido reponiéndose a menudo y con un éxito constante.
En esta ocasión, los principales papeles están representados por Judith Borràs (Tosca), Carlos Moreno (Cavaradossi) y Luis Gaeta (Scarpia). La dirección escénica corre a cargo de Giuseppe Giuliano y la dirección musical es de Kamal Khan.
En el ensayo, que se inició con media hora de retraso, estaban presentes las cámaras de TVE para grabar e inmortalizar la actuación, la gran actuación "a juzgar por los aplausos y bravos del público" de todos los que participan en la obra, tanto a nivel musical como interpretativo o escénico. De la satisfacción de los asistentes da fe el que, a diferencia de lo que suele ser habitual en estos casos, no se escuchasen en la sala ni carraspeos ni toses ni problemas varios de garganta.
A pesar de no haber contado a menudo con el apoyo de la crítica, Puccini, romántico tardío, consigue llegar siempre al corazón del público con unas obras en las que el amor imposible es una constante. Óperas suyas como «La bohème» o «Madama Butterfly» son, en este sentido, buenos ejemplos de pasiones desaforadas con un triste final. Esta conexión con el público a lo largo de tantas décadas quizá sea debida a que, de alguna manera, los amores "todos los amores", las pasiones, y los finales, suelen ser siempre imposibles, desaforados y tristes, aunque no necesariamente por este orden.