Las empresas municipales de Palma lograron unos beneficios consolidados de 475 millones en el ejercicio 1999, un 18% más que en 1998, según anunció la alcaldesa accidental, Carme Feliu.
Un año más, EMAYA fue la empresa que logró los mayores beneficios, 423'3 millones, si bien estos se han reducido en un 44% con respecto a 1998. La presidenta de la empresa, María Crespo, explicó que este descenso se debe básicamente al aumento de los gastos se explotación en un 14'33%, incremento imputable a la subida en 312'6 millones de la partida destinada a la compra de agua como consecuencia de la creación de la desaladora.
La empresa facturó 9.000 millones, de los que 2.500 fueron inversiones. Respecto al servicio de agua, el volumen de facturación creció un 5'33% en Palma, aunque añadiendo la incidencia de la facturación a Calvià, se registró una disminución del 2'99%, con 30'2 millones de metros cúbicos. Los servicios de agua y alcantarillado propiciaron unos beneficios conjuntos de 565'6 millones y la recogida de residuos de 5 millones. La limpieza generó un déficit de 173'9 millones, achacables a la realización de campañas.