Carrer de Sant Andreu, de Palma: 'Prohibido hacer sus necesidades aquí' Decíamos ayer que la caca en la calle ya no es sólo cuestión de perros. Algunas personas, seguramente indigentes, sin techo bajo el que cobijarse, a nada que les llegan los primeros retortijones buscan un lugar, dentro de lo que cabe, discreto, para evacuar. Seguramente si hubiera váteres públicos, como en otras ciudades, eso no ocurriría.
En la callejuela donde se levanta el Patronat Municipal de l'Habitatge, carrer de Sant Andreu, en pleno barrio chino, alguien "un vecino" ha tenido que escribir en la pared que no hagan las necesidades allí, pues por lo visto "según contaba otro vecino" esto se ponía perdido entre suciedad y malos olores. «Y lo peor es que no sólo hacen sus necesidades "apostilla el vecino"; es que vienen aquí y se pinchan. Y no les digas nada, porque, o no te hacen ni caso, o te montan un escándalo.» Y... bueno, pues que una vez en el barrio chino, preguntamos a veteranas prostitutas que aguardan a los clientes en una esquina si han detectado la llegada de nuevas prostitutas, negras para más detalles, y contestan que sí. «Habrá unas veinte. Las han traído compatriotas suyos».
Lo que no tienen muy claro es si han llegado con el Pla Mirall, para cubrir las necesidades sexuales de algunos de los africanos que trabajan en él. «Yo creo que unas veinte se han quedado aquí y otras se han ido a trabajar a bares o a pisos. Lo cierto "señala la veterana prostituta" es que hay más que antes. ¿Que de dónde vienen? Las hay que de Barcelona, con sus macarras, aunque creemos que la mayoría llegan en pateras».