Un total de 83 personas tuvieron que ser ingresadas en el hospital el pasado año en Balears como consecuencia de una intoxicación alimentaria, según los datos facilitados por la Conselleria de Sanitat i Consum. Por segundo año consecutivo se superan los cuarenta brotes declarados, lo que pone de manifiesto la magnitud de un problema sanitario pero también turístico si se tiene en cuenta que, sin lugar a dudas, incide en la imagen turística de las Islas. El año pasado se cerró con un total de 42 brotes declarados (y 835 personas afectadas) con una especial incidencia en Mallorca, que vivió uno de los peores años con un total de 36 intoxicaciones alimentarias registradas. En Menorca, se dieron cuatro brotes y uno en Eivissa-Formentera. En 1998 el número de brotes fue asimismo de 41 con un total de 1.060 afectados.
Estos dos años con un número de intoxicaciones alimentarias por encima de las cuarenta contrastan con los 28 de 1997; 33 de 1996; 35 de 1995; 30 de 1990; o 29 de 1989. Desde 1988 sólo en 1992 (51 intoxicaciones alimentarias), 1991 (47) y 1988 (45) se superó la barrera de los cuarenta brotes.
La Organización Mundial de la Salud ha alertado sobre el incremento de las toxiinfecciones alimentarias y otras enfermedades de origen alimentario como consecuencia de las innovaciones en la tecnología alimentaria, comercio internacional, adaptaciones microbianas, cambios demográficos y comportamientos sociales. En un caso el origen de la intoxicación alimentaria fue el agua bebida en un campamento en ses Cases de Binifaldó. El principal agente causante de estas intoxicaciones almentarias es la salmonella que se identificó en 16 de los 19 brotes en que se pudo determinar el origen.