«Los rusos no saben si pertenecen a un país que es una gran potencia o pertenecen a un país subdesarrollado y atrasado. Eso conduce, por supuesto, a una crisis de identidad», manifestó anoche el subdirector general de Naciones Unidas, del Ministerio de Asuntos Exteriores, Manuel Dezcallar, que pronunció la conferencia «Rusia y la herencia soviética» en la Caixa, invitado por el Cercle Financer de Balears. «Los rusos no saben muy bien qué son en estos momentos», señaló. «No saben si sentirse orgullosos de los logros de la Unión Soviética, de los cohetes espaciales, del desarrollo económico, o si deben sentirse avergonzados del totalitarismo, de la autocracia y de la falta de libertades. En el sentido de logros científicos y culturales, Rusia es un país desarrollado, más que España; en un sentido de capacidad de desarrollo económico, Rusia es sin duda un país en vías de desarrollo».
«MUCHOS ESTEREOTIPOS»
Dezcallar, que fue presentado por el presidente del Cercle Financer
de Balears, Ferrán Perelló, y el delegado de la Caixa en Balears,
Josep Francesc Conrado de Villalonga, dijo que en su conferencia
iba a intentar explicar cuál es la situación actual de Rusia y cómo
están las repúblicas. «Son países que se conocen mal en España,
sobre los que hay muchos estereotipos», afirmó. «Rusia es un gran
país, uno de los grandes de Europa. Precisamente, Europa no se
entiende sin Rusia. Hay que hacer un esfuerzo por entender a Rusia,
aunque, por supuesto, esto no significa ceder o estar de acuerdo
con sus dirigentes, pero sí de entender la situación en la que está
y ayudarla a que la supere. En el caso de la CEI, el
desconocimiento todavía es mayor. Estamos hablando de países como
Armenia, Azerbayán, Georgia, los del Cáucaso, Biolorrusia,
Moldavia, Ucrania, etc. Algunos tienen grandes riquezas y, por lo
tanto, son objetivo de interés de las grandes potencias, incluida
España. Otros son más pobres. Recuerdo que asistí a la toma de
posesión del presidente de Moldavia, y el palacio presidencial no
tenía calefacción. Yo estaba en el hotel, que era el único edificio
público de Moldavia que tenía calefacción. Son países con problemas
básicos fundamentales. Sin embargo, junto a eso, tiene una
población muy culta, enormemente educada, con una tradición
cultural totalmente inmersa en los valores de la cultura
europea».
El diplomático mallorquín insistió en que sobre Rusia existen muchos estereotipos. «Uno de ellos es el de la anarquía y otro es que es un país dominado por las mafias de todo tipo, estilo Chicago de los años veinte», señaló. «Es verdad que en Rusia han pasado muchas cosas y siguen pasando cosas que sugieren que tiene que haber reformas importantes y un mayor control sobre ciertos procesos económicos. Pero tampoco es cierto que Rusia es un país sumido en la anarquía; está sumido, más bien, en la incapacidad de reformar la economía, sobre todo, teniendo en cuenta que en la Europa del Este esa reforma sí que ha sido posible.