«Pinochet se ha burlado del mundo entero, no hay derecho», decía ayer, con lágrimas en los ojos, una de las personas que se manifestaron en la sede del Govern Balear como protesta por la liberación del ex dictador chileno. A miles de kilómetros de distancia, el triunfal regreso a Chile de Augusto Pinochet Ugarte parecía darle la razón al manifestante palmesano. Pinochet abandonó su silla de ruedas nada más pisar suelo chileno para sumarse a los festejos, dando muestras de «un envidiable estado de salud», según los corresponsales presentes en el aeropuerto del país andino.
Los manifestantes concentrados en el Consolat de la Mar se mostraron «indignados» ante la interrupción del proceso judicial y la actuación de los gobiernos británico y español, a los que acusan de «dejar pasar una oportunidad histórica de sentar las bases jurídicas para que estos hechos no vuelvan a ocurrir».
Por otra parte, el Govern balear manifestó ayer su deseo de que el ex dictador chileno Augusto Pinochet sea juzgado su país por un tribunal «libre e imparcial» y advirtió que «en caso contrario, toda la comunidad internacional habría fracasado en su intento de construir un mundo más cívico, humano y más justo». El conseller de Presidencia, Antoni Garcías, leyó ayer un comunicado oficial tras el Consell de Govern en el que el Ejecutivo isleño expresó «su rechazo» a la decisión del Gobierno británico de conceder la libertad al general chileno para regresar a su país con «total impunidad».