Los ayuntamientos de Palma y Calvià enviaron ayer un comunicado en el que anuncian que no permitirán más vertidos de escombros en sus canteras, si estos materiales no son previamente separados. Ambos municipios recuerdan que accedieron a abrir sus canteras a estos residuos con la condición de que el Govern se comprometiera a realizar una selección previa de los materiales.
En una reunión que mantuvieron ayer representantes de ambos ayuntamientos con el director general de Residus, Nicolau Barceló, además de otros representantes municipales, el alto cargo del Govern explicó que, de momento, deben cumplirse una serie de trámites administrativos antes de conseguir la separación de los escombros. Ante esta respuesta del Govern, los ayuntamientos tomaron la decisión de no aceptar más materiales en sus canteras. Los dos ayuntamientos han exigido al Govern que cumpla lo pactado y que actúe con responsabilidad.
En la nota remitida, estas dos instituciones consideran que el Ejecutivo debe tener en cuenta el peligro que implica el continuo vertido de escombros en las canteras de forma incontrolada «lo cual supone un grave impacto ambiental y un alto riesgo de incendios, además de las molestias que han de soportar los vecinos del Arenal».
Por su parte, la Conselleria de Medi Ambient espera solucionar este problema mediante la declaración de servicio público y la concesión de una autorización administrativa a una empresa o a un grupo empresarial para la selección de los residuos procedentes de la construcción.
El director general de Residus Nicolau Barceló, explicó que había mantenido esta reunión, en el transcurso de la cual les informó del proyecto de la Conselleria de poner en marcha una solución transitoria mientras se elabora un plan definitivo.
Según dijo, en los próximos días aparecerá publicado en el Boletín Oficial el Plan de Residuos, después de lo cual se dictará una norma sobre cómo debe realizarse la selección y el depósito del material sobrante en las canteras que se habiliten de forma provisional.