Muchos la critican argumentando que se trata de una festividad de carácter anglosajón que han recuperado los grandes almacenes para vender más. Pero lo cierto es que el día de San Valentín, llamado también el de los Enamorados, está cada vez más arraigado como costumbre en las Islas.
Tanto es así que los establecimientos comerciales locales llevaban varios días preparando la jornada de ayer. Pedidos especiales, envoltorios con motivos de corazón y refuerzo de dependientes, entre otras cosas, se habían calculado al milímetro. Uno de los regalos más recurrentes en esta festividad fueron las flores, concretamente las rosas y las orquídeas, y por las calles de la ciudad se pudio ver a muchas personas, la mayoría de ellas hombres, portando enormes ramos de flores.
La jornada, sin embargo, no fue tan buena para algunos de los propietarios de floristerías de Palma. La demanda, aunque masiva, no alcanzó las cifras de años anteriores en algunas zonas y este descenso de ventas fue achacado a la puesta en marcha de las zonas VAT. «Este invento de Cort nos perjudica mucho ya que la gente no puede pararse a comprar por miedo a una multa», aseguraba María, propietaria de Flores Marí uno de los puestos de flores situados en La Rambla. En los mismos términos se manifestaba Pilar, de Floristería Aragón, quien aseguraba que el descenso de negocio se nota «desde que pusieron en marcha la idea».
Menos problemas tuvieron las pastelerías de Palma, que, en su mayoría, recurrieron también a tartas especiales con forma de corazón y vendieron más bombones de lo habitual. Lo que sí se percibe, en los últimos años, es que los «enamorados» suelen buscar más originalidad a la hora de comprar los regalos, los quieren más personalizados y por eso, en el ranking de ventas, también aparecen discos, libros, complementos, marroquinería, corbatas y camisas.