Desde hoy lunes permanecerá cerrada al culto la iglesia de Santa Catalina de Siena, en la calle Sant Miquel. La causa de dicho cierre es la marcha de los padres mínimos a Barcelona, requeridos por el superior de la orden ante la escasez de nuevas vocaciones.
El Obispado de Mallorca no ve factible, de momento, que la iglesia pueda volver a abrirse. Ayer tuvo lugar la celebración de una última misa, oficiada por el padre Victoriano García. Poco más de cien feligreses llenaban el templo. Sólo hubo dos breves referencias a la delicada situación que está viviendo la iglesia de Santa Catalina de Siena: el sacristán Pep Rigo, emocionado, subió un momento al atril tras el sacramento de la comunión y dijo «espero que no sea una despedida, ojalá sea un hasta pronto»; por su parte, el padre García señaló que «acatamos humildemente las decisiones de nuestros superiores».
«Sólo nos queda rezar para que se recapacite sobre esta triste decisión de cerrar la iglesia», comentó, a modo de conclusión, una feligresa.