Ayer en sa Pobla se recogía la primera patata destinada a la exportación. La cosecha, excepcionalmente temprana, es una nueva experiencia que ha puesto en marcha la cooperativa de sa Pobla Esplet con un claro objetivo, la innovación permanente para conseguir que la patata poblera pueda mantenerse en el mercado europeo. El gerente de la cooperativa Esplet, Joan Company, indicó: «Tenemos la necesidad de encontrar fórmulas para hacer frente a las fusiones de los grandes supermercados mundiales. Con las fusiones desaparecen empresas y por lo tanto quedan menos programas de ventas. Debemos luchar para estar el máximo de tiempo dentro de estos programas».
El reto que se persigue es, por una parte, adelantar la cosecha y, por otra parte, alargar los meses de servicio, para lo que la cooperativa está construyendo una nueva nave frigorífica para almacenar la patata. Company explicaba ayer que «los frutos que se están recogiendo son de la semilla, de la variedad Marys Peer, que se sembró a principios de septiembre, adelantándose casi dos meses a la fecha habitual de siembra. En consecuencia, la recogida también se ha adelantado, exactamente un mes, a la cosecha más temprana de los últimos años».
Para este experimento se ha sembrado una finca de dos cuarteradas propiedad del presidente de Sociedad Esplet, Antoni Comas, y, aunque todavía no se sabe los kilogramos de patatas que se recogerán, según Joan Company ayer ya se podía apreciar que ha disminuido la producción con respecto a siembras más tardías. La calidad es excepcional, según el gerente de la cooperativa Esplet, ya que se consigue un calibre mucho más pequeño pero de mucha calidad. Company dice que «el único problema es saber si se podrá conseguir el precio adecuado para que el experimento sea rentable».
Company explicaba también que deberán pasar dos o tres años para saber si funciona esta cosecha tan temprana, ya que se tiene que estudiar qué fenómenos meteorológicos le pueden afectar. Teniendo en cuenta que este año los meses de noviembre, diciembre y enero han sido muy fríos, puede haber influido en la baja producción y en el tamaño de la patata. Company indicaba que «este experimento forma parte de la filosofía de Esplet de innovar constantemente. El espíritu de los payeses de sa Pobla siempre ha ido muy ligado al riesgo, por lo que nunca nos ha importado arriesgarnos con nuevas iniciativas».