Desde hace unos años la afición por el patín se ha desarrollado en Mallorca de forma espectacular: desde los que lo practican en forma de paseo por el Passeig Marítim de Palma, o con pretensiones artísticas en la localidad turística de Santa Ponça, hasta la modalidad más espectacular, como es el patinaje agresivo. Esta vertiente es la más conflictiva, difícil y arriesgada y necesita de un lugar adecuado. Así lo afirman los jóvenes que por la tarde se concentran en el Parc de sa Feixina como único lugar apto para practicar su ejercicio favorito.