Cientos de espectadores llenaron ayer por completo el recinto de es Born, atraídos por la magia y el colorido del espectáculo del correfoc de Sant Sebastià.
Jóvenes y mayores, siguiendo las recomendaciones de seguridad, acudieron enfundados en prendas de abrigo de tejidos naturales y se protegieron la cabeza con pasamontañas, gorros y pañuelos.
Un fuerte dispositivo de seguridad, compuesto por miembros de la Policía Local y una dotación del Cos de Bombers, vigiló el buen desarrollo de la representación.
Los dimonis de Albopas de sa Pobla, los de más reciente fundación, iniciaron el correfoc marcando el ritmo los tabalers, con vestimenta inspirada en la de los tamborers de la Sala, de tonos grises y negros. Muy espectacular y bien sincronizada se presentó la colla del Drac de Gràcia, del popular distrito barcelonés. El enorme dragón evolucionó a través de dos componentes que se fueron turnando, levantando el de delante ochenta kilos de peso y 40 kilos el situado en la cola, mientras por su boca lanzaba fuego. El Drac del Coll de Barcelona también desfiló con singular juego de surtidores.
Un año más, fueron los dimonis de Alaró quienes consiguieron la más vibrante actuación. Doce timbaleros marcaron el ritmo y los dimonis danzaron su baile fuegos de 'surtidores' y 'carretillas', abriendo paso sus dos personajes, la Diablesa y Lucifer.