Los alumnos más pequeños del colegio Aula Balear no tuvieron clase ayer, para poder asistir al desfile de Ses Beneïdes. Eran unos ochocientos niños de entre tres y siete años los que, vestidos rojo y negro y armados con algún tridente, esperaban en la Plaça Major a que «llegaran los demonios». Pero el susto no se dio ningún demonio, sino uno de los caballos participantes en el desfile, que se descontroló y empujó a unos cuantos niños e incluso llegó a pisar a una de las profesoras, aunque el pisotón no le produjo ninguna herida, sólo un pequeño moratón.
Después del desfile, y todavía algo nerviosos tras el incidente del caballo, volvieron hacia el colegio para celebrar el día de Sant Antoni con una estupenda torrada, como acostumbra a hacer el Aula Balear desde hace siete años. Encendieron una hoguera y asaron sobrasada. También comieron ensaimada, pero lo que realmente gustó a los más peques fueron los filetes empanados.
La guardería «La Lluna, la pruna» también festejó Sant Antoni con un paseo en tren y los pequeños disfrazados con cuernos de diablillo. Por la mañana salieron de la guardería y se trasladaron al centro en el tren, donde vieron el desfile.