Todo es relativo, y mientras unos discuten con pasión si el día uno de enero del año 2000 da paso o no al tercer milenio, otros tienen claro que no es en enero, sino en febrero, marzo o abril, cuando se produce el polémico cambio. En la India se utiliza el calendario lunar y son los sacerdotes hindúes quienes hacen los cálculos pertinentes para anunciar la fecha y hora exactas de entrada del nuevo año. En la región del Punjab, el año nuevo o «Baisakhi» empezará en marzo o en abril. Calcular cuándo se inicia un año lunar en relación a nuestro año solar es muy difícil. Sucede con esto lo mismo que en España ocurre con la Pascua: no se sabe nunca si tendrá lugar en marzo o en abril, pues la fecha de tal celebración también se rige por el calendario lunar.
Bhupendra Gupta y Naresh Kumar, ambos procedentes del Punjab, coinciden en que es casi imposible determinar las fechas hindúes si se vive en Occidente desde hace tiempo, y lo mismo les sucede a Xu Fei Yan y Chao Chok Ngia. Son un matrimonio chino, de Hong" Kong, que lleva siete años en Mallorca: «En China, año nuevo en enero... enero 1999, medio mes más que aquí».
Tampoco se corresponden las fechas de Marruecos con las nuestras, ni con las orientales; y allí, al igual que en el resto de los países de religión musulmana, ni siquiera viven en el siglo XX, sino en el XIV: «En Marruecos es el año mil y... algo. No lo sé, llevo tantos años fuera que lo he olvidado. Nosotros seguimos el calendario de aquí...», dice Jasmina. En los países musulmanes el año nuevo hace su entrada cuatro o cinco meses más tarde que en los occidentales porque también siguen el calendario lunar, y además las cuentas no empezaron a la vez que en Oriente.
Las personas emigradas desde tan lejos, al cabo de muchos años de vivir en Mallorca, terminan celebrando sus propias tradiciones y las nuestras. La Navidad no existe en los países de religiones no cristianas, pero si se tienen hijos nacidos o criados en Occidente, lo más adecuado es hacerlos partícipes de determinadas costumbres: el árbol de Navidad, los dulces y, sobre todo, la visita de los Reyes Magos, a la que nadie, finalmente, escapa.
Bhupendra Gupta lleva veinte años en España. Tiene dos hijos pequeños, nacidos aquí y de madre española. En su casa hay adornos de Navidad, turrones, y el seis de enero alguna habitación amanece llena de juguetes. Chao Chok Ngia ha recibido la visita de sus padres, que viven en América, y que han venido a Mallorca para pasar las Navidades con él y con su esposa, Xu Fei. Celebran estas fiestas porque son cristianos, y aunque todavía no tienen niños, los Reyes Magos les entregan regalos para sus sobrinos. Después, en enero, celebrarán el Año Nuevo otra vez, siguiendo la tradición china.