Tras la resaca de Nochebuena, la ciudad presentó, ayer sábado, suma tranquilidad. Una jornada de lo más festivo que muchos celebraron en familia en la más reservada intimidad. El buen clima, que curiosamente acompaña el día de Navidad con sol desde hace 39 años ininterrumpidamente, invitó a pasear o disfrutar de una inusual jornada cerca de la playa. Pero muy pocos quisieron aprovecharla fuera de las sábanas o del tradicional entorno familiar, en el que muchos celebran la comida de Navidad.
El movimiento durante el día fue escaso: hacer footing, pasear en bicicleta o tomar un café alrededor del mediodía fueron algunas de las actividades realizadas por los que salieron. Pero esta tranquilidad se vio interrumpida, incrementando el ambiente a última hora de la tarde en algunos cafés céntricos y sobre todo en los multicines, donde se registraron algunas colas, sobre todo en la película «Tarzán», que estos días recibe la visita de los más pequeños de la familia, aunque los mayores también disfrutan de una aventura infantil.