La comparecencia ayer tarde del conseller d'Hisenda y Pressuposts, Joan Mesquida, ante la comisión de Hacienda y Presupuestos del Parlament para explicar el impuesto o tributo ecológico sirvió para poner de manifiesto la indefinición existente sobre este tema por parte del Govern y la falta de una línea de actuación clara, ya que todo está a expensas de lo que decida la Dirección General de Tributos del Ministerio de Economía y Hacienda.
Mesquida sí que fue, dentro de lo que pudo, claro a la hora de afirmar que los Presupuestos Generales del Estado para el 2000 no recogerán una partida concreta para el fondo finalista que ha creado el Govern en materia de protección medioambiental y mejora de zonas turísticas. El conseller d'Hisenda simplemente apuntó que lo lógico es que los Presupuestos Generales del 2001 sí que podrían recoger esta iniciativa, aunque todavía no hay nada decidido al respecto.
Mesquida apuntó al respecto: «Hay que ir con muchísima prudencia para no caer en la inconstitucionalidad, ya que las negociaciones que se están manteniendo con el Estado y las que se mantendrán a nivel de la Unión Europea (UE) no tienen por qué ser negativa. A pesar de las dificultades que hay para dar con la figura precisa que sirva para poner en marcha este fondo, que contaría con aportaciones del Estado, de la UE y del sector privado mediante un posible tributo a los turistas, espero que todo esto quede concretado en las próximas semanas». Respecto a la comparecencia, Mesquida mostró su desacuerdo sobre la actitud del PP, «ya que la única intención que perseguía el grupo de la oposición era que yo hablara más de la cuenta con la intención de que cayera en alguna contradicción y enfrentarme así a otros consellers».