La detención el pasado viernes de dos ciudadanos extranjeros, armados y en posesión de explosivos, que supuestamente se proponían eliminar a una «víctima» ya previamente localizada, nos habla de un tipo de delincuencia que de ningún modo quisiéramos ver instalada entre nosotros. Se trata de un proceder altamente profesionalizado, obviamente relacionado con organizaciones criminales internacionales que están extendiendo sus tentáculos hacia Mallorca. No se trata de una acción aislada, sino que en los últimos tiempos se han producido "y abortado" ya delitos de este tipo. Y ello es precisamente lo que nos preocupa.
Recordemos que hace unos meses el coche de un adinerado súbdito extranjero fue objeto en Santa Ponça de un atentado con bomba, del mismo modo que podíamos hacer memoria en relación a determinados sucesos pendientes aún de esclarecimiento, cuyas trazas parecen indicar la intervención del crimen organizado. No nos cabe la menor duda de que las fuerzas del orden, no sólo comparten nuestra preocupación sino que multiplican sus esfuerzos en la lucha contra esta forma de delincuencia. Pero entendemos que ante esta modalidad del crimen se hace necesaria una acción perfectamente coordinada de los distintos cuerpos y fuerzas de seguridad nacionales, en constante conexión con las policías y organismos internacionales. Naturalmente que nos felicitamos "y a la vez felicitamos a quien corresponda" por la detención en s'Arenal de esos delincuentes, prestos a entrar en acción. Pero no quisiéramos suponer que se trata de un hecho fortuito, sino del resultado de una acción calculada y convenientemente planeada. Puesto que es ése el camino a seguir para combatir esta clase de delincuencia.