Y de pronto, casi cuando estamos a punto de cerrar el chiringuito y abandonar el pantalán creyendo que no salía la «Llamp», la descubrimos. María Vidaurreta, con su amigo Javier y otro amigo, desayunaban en la terraza, bajo los toldos, con trazas de ir a darse un baño, eso sí, partiendo desde otro lugar.
Javier dice que es su hermano, pero no lo es, sino sólo un buen amigo suyo, tanto que creo que fue quien se la presentó a José Luis de Vilallonga aquella noche de veranos atrás en que ambos asistieron a una cena en el Arabella, aunque Siliane me comentó no hace mucho que José Luis y ella ya se conocían «cuando José Luis y yo éramos marido y mujer, pero "matiza" sólo de hola y adiós».
Lo cierto es que María, ex de Jorge Vestringe, brazo derecho de Fraga hace años y socialista desde hace menos, y madre de dos hijos suyos, Eric y Sigfrido, pasa unos días de descanso-trabajo en Mallorca, en compañía de unos amigos "¿de esos o de otros?" y, por lo que cuenta, sin ganas ni intención de regresar a la prensa del corazón, cuyas páginas ocupó durante años, primero como mujer del que fuera dos de Alianza Popular, luego como novia del joven caballero Trevijano, el hijo del abogado, y por último como futura esposa de Vilallonga, cuya historia sentimental no sólo se fraguó aquí, como se ha dicho anteriormente, sino que también se dio a conocer desde la Isla, causando sensación por aquello de ser una pareja con edades tan diferentes, lo cual, pero, no tuvo la menor importancia para ambos, especialmente para José Luis, quien confesó en repetidas ocasiones que se iba a casar con ella, cosa que hizo sonreír a Siliane, pues decía: «¿Cómo dice que se va a casar con ella si todavía no se ha divorciado de mí?». Pero eso no le debió de importar mucho al escritor, porque incluso se hicieron la foto familiar "ambos, María y él, y los chicos, Fabrizzio, Eric y Sigfrido" en Johannesburgo donde, según se dijo, ella daba clases. Porque María, no sé si lo saben, es profesora "lo fue, al menos, de la UNED" y creo que últimamente andaba por Àfrica dando clases y haciendo estudios.
Pero luego esa historia de amor, con fin de trayecto en la vicaría, se diluyó como el azucarillo en el agua. Y ahora, mientras se dice que José Luis está preparando su boda con la vasca Begoña, María está aquí, entre nosotros.