En espera de que se concrete el aumento anunciado de las pensiones más bajas por parte del Govern, la consellera Fernanda Caro manifestó ayer que será «más beneficiosa» y «aumentará bastante la propuesta de Andalucía» que consiste en una ayuda anual de 51.000 pesetas repartidas en cuatro trimestres en el caso de las pensiones asistenciales y de 9.900 pesetas, en un solo pago, en el de las prestaciones no contributivas.
La propuesta del Ejecutivo autonómico respecto a los complementos anunciados no se ha concretado, «si bien se orienta hacia un incremento porcentual de la cantidad de manera que la diferencia entre la pensión mínima y el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) se vaya acortando».
Las ayudas afectarán a 10.350 personas en Balears. Caro explicó que 1.279 personas en las Islas reciben en estos momentos una pensión del Fondo de Asistencia Social (FAS) de 24.935 pesetas; 1.083, perciben la misma cantidad por una pensión del Lismi (Ley de Integración Social del Minusválido); y 7.988 ciudadanos cobran una pensión no contributiva de 37.995 pesetas. Además, en Mallorca 600 familias perciben un salario social de unas 42.000 pesetas. El SMI es de 69.270 pesetas.
El conseller de Treball, Eberhard Grosske, defendió el aumento de las pensiones y prestaciones de Balears y otras comunidades manifestando que es «de justicia social» y una «obligación» de los poderes públicos que según señaló está recogida en la Constitución. En este sentido, expuso que «cuando desde algunos gobiernos autónomos se le recuerda a Aznar este incumplimiento se pone nervioso e insulta al resto de partidos».
Grosske calificó de «insultantes» para las comunidades y para los pensionistas las declaraciones de Aznar que calificaba de «disparate» el aumento de las pensiones. Así, dijo que Aznar «está nervioso» porque «tiene la batalla perdida» y explicó que su irritación se debe a la «insostenible situación objetiva que viven miles de ciudadanos en España que perciben un ingreso mínimo de subsistencia».