Tal vez ser hija de Cristina Onassis no le haya supuesto mucho de cara al exterior, pero el hecho de que al cumplir la mayoría de edad heredará cerca de 450.000 millones de pesetas, la convierten en uno de los personajes claves de cara al siglo XXI.
No obstante, sin hacer ningún caso de su protagonismo en el próximo milenio, rehuye a la prensa, excepto en contadas ocasiones como la boda de su primo recientemente, y es que, si no fuera porque nació entre el suicidio de su madre y una de las herencias más fastuosas del planeta, Athina sería una joven como tantas otras, con el bolso de ganchillo y bikini a juego, que ha pegado el estirón propio de la adolescencia en este último año.
Ha vivido con su padre, Thierry Roussel, tercer marido de la hija del armador griego, desde el fallecimiento voluntario de la progenitora, tras una serie de disputas familiares que terminaron por cortar los lazos entre las dos partes implicadas. Amor de padre o interés humano, el caso es que la educación que ha recibido está en sintonía con la de sus hermanastros, hijos de la actual esposa de Roussel.
Hoy disfruta, como ya viene siendo habitual cada verano, de las costas de Eivissa, concretamente en Cala Jondal, junto a su familia adoptiva, en un barco de lujo que hace ver que, aunque el físico no lo revele, esta niña vale, sin duda, su peso en oro.