Veintiséis barcos y ningún atún. Éste fue el pobre balance de la primera jornada del 2º Trofeo Internacional de Pesca de Altura organizado por el Club de Mar.
Los tripulantes de los barcos estaban citados a las 6.30 de la mañana y media hora más tarde zarparon en busca de los atunes. Nada más llegar, el barco Hi Torn dio aviso de que «estaban en combate», lo que en la jerga marinera significa que ya ha picado el pez y están luchando para poderlo subir al barco, pero tan sólo fue una falsa alarma porque «se les fue». Esto mismo ocurrió un par de veces más a lo largo del día en otros barcos diferentes.
A través de la sonda del Uacanada se podía ver la cantidad de atunes que estaban bajo el navío, pero ninguno de ellos se atrevió a probar las sardinas que se utilizan como cebo para capturarlos. «Los atunes no tienen hoy muchas ganas de comer», bromeó Miquel Llompart, tripulante del Uacanada.
A excepción de dos o tres sobresaltos, el día transcurrió con bastante tranquilidad. Los pescadores no perdieron ni el sentido del humor, ni las esperanzas de poder capturar alguna pieza antes del toque de queda, que era a las 7.00 de la tarde. Cuando llegaron al puerto, a las 20.00 horas, se reunieron todos los pescadores para comentar los pocos incidentes y, de paso, tomarse una cervecita con los amigos y familiares para recuperar las fuerzas perdidas en las doce horas que estuvieron ayer en el mar. Hoy es la segunda y última oportunidad para los participantes del concurso de pesca de altura. Esta noche tendrá lugar la entrega de premios en el Club de Mar, si algún concursante consigue capturar un atún superior a los 50 kilos de peso.