Miles de tarjetas postales depositadas por los despistados turistas en los buzones de la red pública de las Islas nunca llegarán a su destino y se amontonan en estos momentos en las dependencias de Correos y Telégrafos en Palma y en las instalaciones de la empresa Servicios Turísticos Postales. Esta empresa está contratada para exclusivamente recoger y clasificar el correo de los buzones públicos en hoteles, supermercados y otras zonas turísticas y que luego son enviadas a Correos para que proceda a su reparto. La razón es que o bien no tienen el sello legal de Correos o se trata de postales no homologadas como las que llevan una bolsita de aceite de playa, de arena o un condón adherido a la tarjeta y que tienen que ir en sobre para su distribución. El perjudicado es el turista que además de llevarse una mala impresión del servicio de correo español (independientemente de que la culpa no es de Correos y Telégrafos) es, sin duda, objeto del nuevo timo de la estampita. El jefe provincial de Correos, Evelio Antich, señala sobre las tarjetas 'con relieve' que se venden en las zonas turísticas que «si se puede se les da una salida (como las que representan una sevillana con el traje de tela en relieve) pero las que tienen arena, aceite (u otras sustancias) se retienen porque podrían estropear el resto de correspondencia que viaja con ellas en caso de romperse la bolsita».
CC OO estima que en estos momentos pueden haber almacenadas 30 toneladas de tarjetas, tanto con relieve como con sellos ilegales en Correos y en la empresa Servicios Turísticos Postales. Asimismo, denuncia que parte de ellas, acumuladas desde el año pasado, han sido quemadas.
Según señala Correos «aprovechando la llegada masiva de turistas en verano, determinadas empresas ofertan servicios ilegales de recogida y distribución de tarjetas postales y venta de sellos y estampillas ilegales en Balears, cobrándose incluso cantidades superiores a las tarifas vigentes por la prestación de servicios sobre estos envíos que en muchos casos no llegan a su destino». Unas postales son depositadas en los buzones propios que tienen estas empresas pero otras muchas van a parar a los buzones de Correos que desde el año pasado ya no tiene la obligación de repartir estas tarjetas que acaban acumulándose.