Los vicarios de pastoral de las ocho diócesis catalanas "Barcelona, Girona, Lleida, Solsona, Tortosa, Tarragona, Seu d'Urgel y Vic" y de las tres diócesis de Balears "Mallorca, Menorca y Eivissa-Formentera" celebran en Palma su reunión ordinaria de final de curso. Han participado también el obispo de Mallorca, Teodoro Ubeda, y el obispo auxiliar de Barcelona, Carlos Soler Perdió.
La atención y formación del sacerdote diocesano es el tema que debaten en este encuentro, que tuvo lugar ayer en la Casa de Espiritualidad de Son Roca. Para Joan Bestard, vicario general de la Diócesis de Mallorca, «es fundamental ocuparse del sacerdote recién ordenado y su formación, ya que después del seminario hay que continuar con su preparación».
Bestard está de acuerdo en que «no hay muchas vocaciones, pero los sacerdotes jóvenes que hay es preciso cuidarlos y si la diócesis lo tiene bien organizado sus primeros años no tienen por qué ser críticos», apuntó el vicario general.
En la Diócesis de Mallorca, en la actualidad, hay 40 sacerdotes jóvenes, de entre 25 y 35 años, de un total de 350 presbíteros.