Al PSM le faltaron 1.000 votos para que Joan Mayol consiguiera entrar en el Consell Insular de Mallorca. Los nacionalistas fueron en esta ocasión los grandes perjudicados por la aplicación de la Ley d'Hondt, la que se aplica para distribuir los escaños en función del número de votos. Los nacionalistas consiguieron mantener el mismo porcentaje de votos, el 13'5 por ciento. La Ley d'Hondt reparte los escaños de la aplicación de un cociente que resulta de dividir el número de votos por uno, por dos, por tres y así sucesivamente. A partir de ahí, se asigna escaños a quien tenga el mayor número de votos.
El último escaño que se repartió, el número 33, fue para el PP con 8.121 votos, los que resultan de dividir los 129.946 votos totales por 16. Si en lugar de 33 escaños se hubieran repartido 34, el último le habría correspondido al PSM, que tenía un resto de 7.922 votos. Si su resto hubiera sido de 200 votos más, le habría robado el escaño al PP. Pero para que el resto fuera de 200 votos, el PSM tenía que haber obtenido mil votos más de los que logró en las urnas.
El panorama que ha dibujado la Ley d'Hondt en Mallorca apenas presenta diferencias con respecto al de 1995. El PP mantiene sus 16 escaños y el PSOE logra los ocho que ya obtuvo en los comicios de hace cuatro años. UM gana votos y representación y se convierte en el único partido que verdaderamente ha triunfado en Mallorca.