Unió Mallorquina quiere «mandar a casa» al PP. Oficialmente la postura de la formación nacionalista es esperar la opinión de las bases, pero el sentimiento generalizado de los principales militantes de UM es que «le ha llegado la hora al PP de irse a la oposición». Un alto dirigente nacionalista comentó a este periódico las escasas posibilidades de pactar con el PP después de las malas relaciones que arrastran los dos partidos desde que en 1992 Maria Antònia Munar fue destituida como consellera de Cultura por Gabriel Cañellas. «El partido debe decidir, pero los militantes de UM no quieren un pacto con el PP», explicó dicho dirigente nacionalista. Tras la marcha de Cañellas las relaciones entre UM y PP en lugar de mejorar han empeorado. Los contactos entre Munar y Matas han sido nulos ya que el actual presidente del Govern confiaba lograr mayoría absoluta en las elecciones del domingo. Munar se ha dedicado durante toda la campaña electoral a atacar con dureza a Matas, a quien llegó a acusar de «mentiroso» y «cobarde».
Maria Antònia Munar se muestra mucho más comedida en sus declaraciones que las opiniones informales que realizan militantes de UM en privado. La cúpula nacionalista podría reunirse a partir de la próxima semana para analizar la situación creada por los últimos resultados electorales, pero Munar comenzó ayer a mantener contactos informales con dirigentes y militantes de UM. El lunes reunirá a su ejecutiva.
En unas declaraciones realizadas ayer, Munar apuntó que «no voy a decidir yo los futuros pactos y no tengo ninguna prisa». «Hay que consultar con la gente para determinar con qué opción nos quedamos», manifestó la presidenta de UM. Munar explicó que la misma noche electoral, una vez que se conocieron los resultados definitivos, recibió llamadas telefónicas de dirigentes del PP. El socialista Francesc Antich también llamó a Munar a lo largo de la noche electoral, y ayer fue Jaume Matas el que se puso en contacto con la líder nacionalista para darle la enhorabuena por sus resultados electorales. Munar no descarta pactar con ningún partido, e insiste en lograr una mayor financiación de Balears para llegar a acuerdos con el PP. Munar tiene intención, como ya hizo en 1995, de dejar pasar el tiempo antes de mantener conversaciones formales con el resto de grupos políticos.