El plancton de los desiertos oceánicos, que ocupan el 70 por ciento de la superficie oceánica, no actúa como sumidero de CO2 sino como una fuente de este gas de efecto invernadero, en contra de la teoría manejadas hasta ahora, revela un estudio del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (Imedea).
El grupo de investigación del Imedea, centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Balears (UIB), está integrado por Susana Agustí y Carlos Duarte, y en sus trabajo han colaborado otros dos investigadores estadounidenses (de Instituto de Estudios de Ecosistemas de Nueva York y de la Universidad de Maryland).
Este descubrimiento, que publica la prestigiosa revista Science en su número de junio que hoy sale a la calle, obligará a replantear la comprensión del funcionamiento de los desiertos oceánicos ante el cambio climático, dijo a Efe uno de los responsables de la investigación, Carlos Duarte.
En este sentido aclaró que el efecto sumidero de CO2 de la vegetación marina sólo se produce en la zona costera, mientras que en los desiertos oceánicos la actividad bacteriana del plancton actúa como fuente de emisión.
Tras un año de trabajos, en el que los investigadores han analizado muestras de fondos marinos de casi todos los océanos del mundo, este grupo de investigación ha concluido que «el plancton marino actúa como fuente y no como sumidero de CO2 por la grandísima actividad de las bacterias», explicó el científico Carlos Duarte.