La preocupación del consumidor de las Illes por la contaminación en Bélgica de productos cárnicos y de los elaborados con sustancias animales ha tenido una repercusión en la demanda de pollo, sobre todo. Los supermercados, grandes superficies y algunos puestos de los mercados han notado en los últimos días un descenso de la demanda de carne de pollo, aunque se han apresurado a informar al consumidor de que los pollos que venden son de producción autóctona.
Las grandes superficies y los supermercados han percibido esta disminución de la demanda en mayor proporción que los mercados, cuyos proveedores son tradicionalmente mallorquines. No obstante, tanto en unos como en otros establecimientos se han colocado carteles en los que se informa al consumidor que los pollos y huevos que venden son mallorquines o producidos en España.
Emilio Mesquida, vendedor del mercado del Olivar, asegura que «el descenso de las ventas de pollo se está notando más esta semana que la pasada, incluso, en la carne de cerdo y ternera. La gente está muy sensibilizada con el tema y no compra tanto», señala.
Los consumidores están preocupados por la situación, pero confían en sus vendedores habituales. «Yo voy a los puestos de siempre y creo que compro productos con todas las garantías sanitarias», dice Leonor López, ama de casa.
Por otro lado, la Conselleria de Sanitat i Consum inmovilizó ayer 133 kilos de productos cárnicos y otros procedentes de Bélgica y continuará con las inspecciones y retirada del mercado de productos belgas que estén bajo sospecha.