La crisis provocada en el PSOE por la dimisión de Borrell no desanimó a los 1.500 militantes socialistas que se dieron cita en una cena para arropar a su secretario general, Joaquín Almunia.
Almunia reconoció que había sido un día doloroso y admitió que Borrell ha dimitido en contra del criterio del partido. Señaló que Borrell ha puesto el listón muy alto «también para el PP» y se refirió a los casos más polémicos que están salpicando a ministro como Piqué o Arias Salgado. En cualquier caso, insistió en que ahora lo importante son las elecciones del 13-J.
Por su parte, el candidato al Govern, Francesc Antich, aseguró que el PSOE continúa aplicando la política del rodillo y aseguró que las pretensiones de centrismo del PP no son reales.
«Cuando quieren contestarme en una rueda de prensa envían a María Salom y Jaume Font. Vaya dos», aseguró. El candidato a la Alcaldía de Palma, Antoni Roig, se mostró convencido de que el PP no podrá gobernar en el Ajuntament y auguró que Joan Fageda tendrá que ir en las listas al Senado en la próximas elecciones.
El PSOE eligió el hipódromo para celebrar una cena de campaña por la que cada uno de los 1.500 comensales pagó 2.000 para degustar un menú de entremeses, redondo de lomo y helado.