El Moll Vell fue escenario ayer de una operación en defensa del exiguo patrimonio naval que resta en Mallorca. La Balear, única barca de pesca superviviente de la época de la vela, fue izada ayer a tierra para las necesarias reparaciones de mantenimiento. La antigua embarcación permanecía amarrada en el pantalán de Sagrera desde su espectacular traslado por carretera desde Portocolom el pasado día 18 de septiembre. Una bomba de achique ha garantizado desde entonces su flotabilidad, amenazada por diversas vías de agua que han llegado a filtrar hasta mil litros al día.
Declarada BIC por sus características de interés histórico, en la actualidad se halla a la espera de recibir unos urgentes trabajos de restauración. Según indicó a Ultima Hora el vicepresidente de la Associació d'Amics del Museu Marítim, Manolo Gómez, correría a cargo de la Escola de Mestres d'Aixa, una vez reconstituida. El presupuesto se calcula en torno a los 17 millones y la tarea podría prolongarse por espacio de seis o siete meses con el objetivo de devolverle su carácter original. Tres carpinteros de ribera e igual número de operarios serían suficientes para conseguirlo. Su recuperación, impulsada por el Consell Insular, exige tratar buena parte de su obra muerta, muy deteriorada, sustituir los tablazones de cubierta y reparar la obra viva. Entonces, la Balear recuperaría el aparejo de vela latina, con un palo maestro, un foque y el botalón.
Las funciones que desempeñaría esta embarcación, señala Manolo Gómez, podrían ser de tipo cultural, como excursiones por el puerto con veinte o treinta niños y también como elemento emblemático del futuro museo marítimo. No en vano, su vetusto casco, ahora recubierto de caracolillo, es todo un ejemplo de la construcción artesanal que dio fama a nuestros mestres d'aixa.
Su historial, desde que fue construida en 1924 por los astilleros Ballester, transcurrió entre Palma y Portocolom, faenando siempre en torno al litoral balear.