El campo balear está evolucionando en los últimos años hacia la concentración y la especialización de cultivos, según se desprende de los datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística en su avance de la encuesta de «Estructura de las Explotaciones Agrícolas».
A esta conclusión se llega después de comprobar como, desde el año 1993, el número de explotaciones agrarias en las Islas ha descendido desde las 18.211 hasta las 17.362 contabilizadas en 1997.
El descenso es acusado, han desaparecido 849 explotaciones agrarias en el plazo de cuatro años, lo que demuestra la tendencia a agrupar terrenos según cultivos.
Otro de los factores que respalda la corriente del campo hacia el «latifundismo» es el hecho de que, en el mismo plazo de tiempo, la superficie total que ocupan las explotaciones del sector primario ha aumentado en 7.854 hectáreas. No toda la superficie catalogada en las Islas como de uso agrícola tiene ese fin ya que en muchas ocasiones al payés no le resulta rentable el cultivo por lo que abandona la explotación.
Hace seis años la superficie real cultivada en Balears rondaba las 215.000 hectareas, hace cuatro años la superficie aumentó hasta los 223.083 y en el 97 se cifró en 234.487 hectareas.
Basándose en estos datos se puede afirmar que, en contra de lo que aseguran algunos sectores, el campo balear no está tan mal, ya que en cuatro años la superficie ocupada por cultivos se incrementó en 19.020 hectáreas.
El aspecto negativo del estudio aportado por el Instituto Nacional de Estadística es que se sigue corroborando el abandono de las explotaciones aunque, también es cierto, en menor medida que en años anteriores.