Los hospitales de Balears siguen viviendo las consecuencias de la epidemia de gripe y virasis que ya se prolonga, con altibajos, durante más de un mes y que tiene su mayor reflejo en la falta de camas que obliga a centros públicos y privados a adoptar medidas que, en algunos casos, no son lo más deseables desde el punto de vista de la intimidad del enfermo.
El mayor exponente de esta falta de camas se encuentra en Son Dureta, y en concreto en su área de Urgencias, donde durante este pasado mes de febrero ha habido personas que han estado hacinadas hasta cinco días en espera de que quedaran camas libres en planta. Sin embargo, también los hospitales privados se han visto colapsados y han tenido que instalar hasta tres enfermos en una misma habitación.
El tiempo que permanecen en Urgencias, en ocasiones sin una intimidad mínima y hacinados en las salas, depende de la patología. Así hay enfermos que han estado hasta cinco días esperando una cama. Se trata de especialidades como cardiología y aparato respiratorio que en estos meses, como sucede cada año y en la totalidad de los hospitales públicos españoles, sufren especialmente las consecuencias del frío en las personas mayores.