El mes de Julio del año 1936, para nosotros, los españoles, fue uno de los meses más funestos del siglo, porque en uno de sus treinta y un días comenzó el holocausto de la Guerra Civil española.
El 18 de Julio del año 1936 estalló la guerra, dividiendo a los españoles en dos bandos. Adolf Squitchelgrüber Hitler (Alemania) y Benito Mussolini (Italia) se inclinaron por la parte nacional, mientras que Rusia, Francia y otras naciones lo hicieron por la parte gubernamental republicana.
El General Manuel Goded Llopis logró hacer triunfar, junto con otros militares, la sublevación franquista en Mallorca y se trasladó en hidroavión a Barcelona, donde trató, inútilmente, de ganarse a la Guardia Civil y otras fuerzas, siendo fusilado, después de abortar su intento.
El 23 de Julio apareció en los cielos de nuestra ciudad el primer avión adicto al gobierno republicano, lanzando prensa de Cataluña y volando relativamente bajo. Ante la presencia del intruso, una especie de psicosis de pánico general se apoderó de la gente. Puedo afirmarlo por encontrarme en aquel momento en la esquina de Talleres Darder, en la Avenida de Alejandro Rosselló, ya que oficiales, suboficiales y tropa empezaron a disparar al aire con sus pistolas y fusiles, con ánimo de derribarlo, prácticamente imposible, dado la rapidez con que pasó el aparato. Al paso de los días, y en sucesivas oleadas, s'Arenal, Coll d'en Rabassa, Santa Catalina y Son Espanyolet, así como la Plaza de Sant Antoni, Ballester y muchas calles más fueron duramente castigadas por las bombas republicanas, dejando el cielo de Palma moteado por hongos de negro humo, producido por los disparos de las baterías antiaéreas nacionales.
El próximo día 1 de Abril se cumplirán sesenta años de la terminación de la guerra, según el último parte firmado por el Generalísimo Franco en Burgos. «Tempus fugit...». La vida sigue... ¡Bienvenido, euro! ¡Adéu segle XX! Y sobre todo, atención a otro «movido» mes: 1 de Julio del 2002.