El mal tiempo reinante en los últimos días, con fuertes vientos en la mar, ha provocado que la mayoría de la flota pesquera de Mallorca no haya podido salir a faenar desde hace dos semanas, según confirmaron ayer representantes de diversas cofradías de pescadores de la Isla.
Este «parón forzoso» comenzó el pasado 31 de enero, cuando cayó la primera nevada en la Isla. Los barcos se quedaron amarrados en los puertos confiando en poder salir cuando se relajaran las inclemencias atmosféricas.
Sin embargo, los vientos se han mantenido en un alto grado de intensidad por lo que la gran mayoría de barcos no se atreven a salir debido, especialmente, al oleaje que impide faenar en condiciones.
El obligado parón invernal tiene, este año, consecuencias económicas más graves ya que, según Cati Morey, «este invierno hemos perdido en la localidad unos diez millones de pesetas». Otros representantes del sector, por contra, no se atreven a cifrar las pérdidas aunque aseguran que son millonarias.
El hecho de que las flotas de Palma, Santanyí y Colònia de Sant Jordi hayan podido salir en más ocasiones ha permitido que en los mercados se siga vendiendo pescado aunque en mucha menor cantidad.
Permanece cortada una carretera
El temporal de frío que afecta desde a Mallorca volvió ayer a
provocar algunas nevadas de escasa intensidad por lo que se optó
por prolongar el cierre al tráfico de la carretera que lleva al
Mirador de Ses Barques, en la Sierra de Tramuntana. Según informó
el Centro Meteorológico de Balears, la temperatura máxima media en
el Archipiélago alcanzó ayer los 10 grados centígrados, mientras
que las mínimas oscilaron entre los 2 y los 4 grados. El director
del centro, Agustí Jansá, explicó que no se esperan heladas en las
próximas horas, aunque podrán registrarse precipitaciones de nieve
a partir de los cien metros. Durante la jornada de ayer se
produjeron algunos atascos en las carreteras de acceso a la Serra
por parte de gente que quería contemplar la nieve.