El barrio barcelonés de Gràcia se convirtió la noche del sábado en una improvisada Sa Pobla gracias a la fiesta en honor a Sant Antoni que organiza un grupo de poblers desde hace seis años.
La música de los felanitxers «Sis Som», las hogueras, las xeremies, los glossadors, los demonis y la multitud de mallorquines presentes en la verbena, la mayoría estudiantes, dieron una imagen cercana a la tradicional fiesta de Sant Antoni, transformando las plazas del Diamant y la Virreina en cualquier espacio de Santa Margalida, Artà o Sa Pobla.
Toni Torrens, promotor del evento, ha conseguido que lo que comenzó siendo una celebración entre amigos en Barcelona se convierta en toda una tradición para los ciudadanos de Balears que residen en la capital del Principat, ya que, además de la verbena, se organizan alrededor de ella conciertos de música tradicional mallorquina en el Centre Artesà Tradicionàrius y presentaciones de libros sobre la cultura popular de la Isla.
La fiesta del sábado comenzó a las siete de la tarde con una sonada de xeremiers en la plaza Rius i Taulet de Gràcia para pasar una hora más tarde a la recepción que ofrecieron las autoridades del distrito barcelonés a una comisión de Sa Pobla.