Cerca de 300 personas, entre ellas militantes socialistas, compañeros del Parlament y amigos del histórico militante socialista Pere Bordoy, se acercaron ayer por la tarde hasta el cementerio de Bon Sosec donde fueron incinerados sus restos. La muerte de Bordoy, ocurrida hace unos días de manera inesperada, ha causado una profunda conmoción entre sus compañeros de partido y entre el personal del Parlament, donde trabajaba como secretario del Grup Parlamentari Socialista.
La esposa de Bordoy, Magdalena Seguí, y sus hijos, Pau y Laia, agradecieron las muestras de afecto. Magdalena Seguí se dirigió a los presentes para destacar el carácter luchador de su esposo. Por su parte, el secretario general del PSIB, Andreu Crespí, también intervino para destacar que Pere Bordoy había luchado y vivido «por lo que creía». Destacó la lealtad de Bordoy al partido y aseguró que su vida había sido el ejemplo «de lo que debe ser un socialista».