Muchos años han pasado ya desde que Jordi Pujol estuvo en la finca de Mongofre Nou de Menorca invitado por Rubió. Debe ser por el ajetreo que llevan los políticos porque de lo contrario no se explica que Jordi Pujol, siempre está tan informado, si en la finca de la Fundació Fernando Rubió i Tudurí había jabalíes. La finca tiene mucha oferta y de gran calidad, pero a nadie de la fundación se le ha ocurrido todavía llevar jabalíes a Menorca.
Aunque no hubiese jabalíes, Pujol y Matas se mostraron encantados y relajados en Mongofre Nou. Las dos comitivas llegaron a la finca menorquina poco después de las doce del mediodía, aunque no comenzaron a trabajar hasta las 13 horas. Los dos presidentes, que fueron recibidos en el aeropuerto por Cristòfol Triay "presidente del Consell Insular de Menorca", llegaron con algo de retraso a las sesiones de trabajo.
Los consellers, a los que les viene muy bien cambiar de aires de vez en cuando, se saludaron afectuosamente entre ellos. El único que tuvo problemas para dar la mano a sus colegas fue Antoni Rami, conseller d'Economia. Rami regresó a Palma tras las vacaciones navideñas con una luxación de la clavícula, que le impide mover el brazo derecho. Cuando se le pregunta por el origen de la lesión, Antoni Rami no elude la respuesta. «Me he lesionado esquiando en los Pirineos», admitió Rami en Mongofre Nou.
A la hora de la comida todos disfrutaron de la bullavesa, una carne con guarnición y macedonia de frutas. Para beber, vino mallorquín. Los consellers aprovecharon el café, que en algunos casos se prolongó casi hasta las seis de la tarde, para hacerse las últimas consultas.
En una jornada como la de ayer, con un Matas decidido a repetir en la Presidència en 1999, el presidente aprovecha hasta el último minuto de su presencia en la isla y entre la reunión y el regreso a Palma el presidente efectuó una visita en Maó. Y lo que le espera todavía.