El pasado 25 de julio Louise Brown, la primera niña probeta del mundo cumplía 20 años de edad. En Balears, la fecundación artificial tardó en llegar unos años y finalmente el dos de agosto de 1986 nacía el primer mallorquín fecundado fuera del cuerpo materno. A fecha de julio de 1993, cuando se cumplían quince años del nacimiento del primer bebé probeta, en las Islas habían nacido por fecundación in vitro 39 niños.
Desde entonces hasta ahora las técnicas de reproducción asistida han evolucionado y aumentado hasta convertirse en una práctica habitual dentro del campo médico, permitiendo a cientos de parejas poder tener descendencia. Así, hoy en Balears se producen alrededor de 300 embarazos anuales en parejas estériles.
Según estimaciones del doctor Javier Marqueta, adjunto de la Unidad de Reproducción del Hospital de Son Dureta y codirector del Instituto Balear de Infertilidad «en Balears se producen alrededor de 300 embarazos anuales en parejas estériles. En los últimos diez años podemos decir que han nacido aproximadamente mil niños, en toda la comunidad, gracias a las diferentes técnicas de fecundación asistida».
Microinyección, el avance más importante
Entre los avances más importantes registrados hasta ahora cabe
destacar según el doctor Marqueta la microinyección
intracitoplasmática de espermatozoides para el tratamiento de la
esterilidad severa en el hombre así como el diagnóstico
preimpantacional que consiste en la posibilidad de diagnosticar si
el embrión es sano o es portador de alguna enfermedad.
Así otra fecha a tener en cuenta es el 15 de diciembre de 1997. Ese día nacía en Balears el primer niño engendrado con ayuda de microinyección en el Instituto Balear de Infertilidad. Se trata de la técnica más avanzada de fertilización, consistente en la inyección de un único espermatozoide en el óvulo de la mujer. Con esta técnica se han logrado embarazos en parejas que hasta hace pocos años tenían como única alternativa la adopción o la donación de semen.