El Colegio Oficial de Veterinarios de las Balears alertó ayer, a través de una nota pública, de los riesgos para la salud que suponen las matanzas particulares que se realizan sin ningún tipo de control sanitario.
Según afirma el órgano colegial esta tradición no está, textualmente, «exenta de riesgos para la salud pública ya que la carne puede transmitir ciertas enfermedades».
Para evitar este peligro los veterinarios abogan por que cada una de estas matances esté supervisada por un profesional que permita descartar posibles zoonosis, (enfermedades transmisibles de los animales a las personas como el mal rojo, triquinosis, cisticercosis y teniasis) tras examinar la canal del cerdo y sus vísceras.
Los veterinarios, asegura la nota, también pueden garantizar la salubridad de los productos que se elaboren. En este sentido el colegio destaca la ampliación de los servicios de inspección, (que hasta ahora sólo realizaban los profesionales homologados), inspecciones que ahora podrá realizar cualquiera de los colegiados.
De esta forma, aseguran, «se permitirá un acceso más fácil a los servicios veterinarios a todos los que deseen llevar a cabo una matanza domiciliaria lo que, sin duda, redundará en el aumento de las garantías higiénicas de los alimentos derivados de esta tradición».